Si D. Julio Longobardo Carrillo hubiera nacido en el s. XV sería un hombre del Renacimiento por destacar en varios ámbitos de la sociedad torrijeña. Maestro en el colegio San Gil, coordinador y entrenador de las escuelas deportivas, escritor e historiador.
Todos los que han pasado a través de sus clases recuerdan su amor por la historia, por Torrijos y su Colegiata y por el deporte. En especial el BALONCESTO. Es por ello que un antiguo alumno y jugador, Miguel Abilio Serrano Villaluenga, le dedica estas palabras a D. Julio.
"Los amantes del deporte torrijeño en general y del baloncesto en particular, no podremos nunca estar suficientemente agradecidos a la gran labor realizada durante muchos años por esta ilustre persona, don Julio para sus alumnos, para dar a conocer e impulsar, un deporte no demasiado conocido para la época y aún mucho menos practicado.
Sí, porque estamos hablando de BALONCESTO.
Guardo en mis recuerdos de chaval, a principios de los 90 cursando 4º o 5º de EGB en el antiguo colegio San Gil, la figura de don Julio entrando en clase, y aconsejando a todos los chavales los beneficios y gracias que obtendríamos si nos apuntábamos a la escuela deportiva de baloncesto.
Todavía más gratamente me sorprendo recordando la cantidad de críos que llenaban literalmente el pabellón polideportivo. De una clase como la mía, con 40 alumnos perfectamente se pudieron apuntar la mitad de los mismos. Toda una proeza si analizamos el poder que ejercía y ejerce el fútbol.
Alumnos de todas las clases disfrutaban de la práctica del baloncesto, aprendían los fundamentos del mismo y a disfrutar de un juego de equipo entre amigos.
Sin duda fue la época dorada del baloncesto torrijeño, Equipo senior de jugadores formidables y equipos júnior con jugadores que ayudaban, aportaban y podrían cubrir sin problemas las vacantes de los jugadores veteranos.
Hoy en día todavía notamos la huella de aquel trabajo realizado. De hecho la base del actual equipo torrijeño, la formamos aquellos chavales (amigos todos ellos) que fuimos empujados a la práctica de este deporte por la figura de don Julio y otros grandes amantes del baloncesto. Después de aquello hemos tenido un vacío enorme durante años, entre los cuáles incluso la UDT Torrijeña llegó a desaparecer, por falta de apoyo a todos los niveles.
En los últimos años, gracias a la inmensa labor que están realizando muchas personas jóvenes se está recuperando bastante del antiguo esplendor del baloncesto torrijeño. Yo desde la veteranía, sólo puedo dar ánimos y recomendar que toméis como referencia el trabajo de base que realizó don Julio.
Es el camino para que esto siga rodando, no con fichajes de fuera (yo viví lo calamitoso de esa política en otros clubes) si no, promocionando la cantera, las escuelas deportivas y animando a todos los chavales a la práctica de este fenomenal deporte.
Muchas Gracias"
Una última anécdota. En la final de la copa que disputamos el pasado mes de Febrero, íbamos perdiendo al descanso. D. Julio bajo al túnel de vestuario para animar a todos los jugadores a levantar el partido y poder ganar el partido. Ese partido se gano y un trozo de esa copa es de D. Julio.
Por fomentar desde las clases y el patio de San Gil y desde las escuelas deportivas este deporte que es el BALONCESTO no solo enseñando los fundamentos básicos sino también valores como el compañerismo, amistad y trabajo. Con el cariño y reconocimiento de tantos niños, jóvenes y adultos en los que ha dejado un profunda huella en sus vidas. D. Julio Longobardo Carrillo. Mención especial de la IV Gala del deporte de Torrijos por su contribución en el deporte torrijeño, en especial en el BALONCESTO.
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